POR: ROSANA MATTIELLO,
Med. Vet., Dr. UBA. Área de Medicina,
Producción y Tecnología de Fauna Acuática y Terrestre.
Facultad de Ciencias Veterinarias-UBA, Argentina.
Una de las consideraciones más importantes en el mantenimiento de aves en cautiverio es el de proporcionarles dietas apropiadas que las mantengan
saludables y con un potencial reproductivo adecuado. Diseñar, preparar y mantener una nutrición correcta de nuestras aves es todo un
desafío.
Las recomendaciones para aves de jaula han derivado de la extrapolación de los requerimientos nutricionales de las aves de producción, de la aplicación de principios generales (bastante constantes entre los vertebrados), de la evaluación de información ornitológica (hábitos
alimentarios en vida silvestre, rol de nichos ecológicos y de
diferencias anatómicas o fisiológicas), y de la información generada a
través de los años a partir de ensayos de acierto y error. El resultado
ha sido el establecimiento de prácticas alimentarias características de
determinadas especies e incluso familias. A pesar de los actuales
esfuerzos por saber más sobre la nutrición de las aves, es poco
probable que lleguemos a conocer acabadamente los auténticos
requerimientos de las diferentes especies. Incluso un estudio minucioso
del 90% del alimento consumido por un ave en libertad puede no ser un
reflejo veraz de las necesidades nutricionales para los diferentes
períodos de su vida. Generalmente las dietas de animales en estado
silvestre no están bien documentadas; claro está que la gran variedad
de productos disponibles en libertad es imposible de duplicar en
cautiverio y que para mayor complicación la mayoría de las aves han
demostrado cierto oportunismo en cuanto a sus hábitos alimentarios.
Además, los nutrientes consumidos en forma de trazas (como
oligoelementos) son muy difíciles de cuantificar y pueden sin embargo
tener un impacto significativo en el estado nutricional completo del
ave. Es de suponer que el auténtico potencial genético de las aves
silvestres no pueda expresarse a pleno aun en libertad, no solamente
por interacciones de competencia y/o enfermedad, sino también a causa
de malnutrición estacional debida a disponibilidad insuficiente de
nutrientes en distintas épocas del año.
Factores
nutricionales probados en aves de jaula
La mayoría de las aves de jaula son granívoras y omnívoras
oportunistas; esto se refiere a que consumirán principalmente granos y otras comidas que tengan a su disposición en un momento determinado. Los hábitos alimentarios de las aves están
influenciados por los siguientes factores: aspecto, color, textura, palatabilidad del alimento, exigencias anatómicas, experiencias previas, personalidad del ave, tamaño de la ración, tiempo de
presentación del alimento, fatiga
dietaria, etapa biológica y condiciones climáticas.
Las aves son muy rígidas en este aspecto, y cualquier cambio en la dieta lo toman con sospecha y
desconfianza.
La elaboración de una dieta exitosa debe tomar en consideración los siguientes puntos:
Proporcionar adecuada energía para el crecimiento, mantenimiento, reproducción, respuesta ante demandas climáticas, etc.
Contener un adecuado balance de los nutrientes necesarios para la especie en cuestión.
Debe ser palatable y de probada aceptación; así como también ajustarse a las necesidades digestivas del ave, y contener ingredientes de fácil acceso y económicos.
Todas as especies de animales necesitan una combinación de seis categorías de nutrientes: agua, carbohidratos, grasas, proteínas, vitaminas y minerales.
•Agua: es un constituyente esencial de la dieta.
Interviene en la homeostasis de los líquidos intra y extracelulares; en
la termorregulación; en el transporte, absorción y excreción de
sustancias; en la hidrólisis de proteínas, grasas y carbohidratos. Los
requerimientos de agua se ven afectados por muchos factores:
condiciones climáticas, estado reproductivo (postura de huevos),
crecimiento (la proporción de agua en la dieta de pichones es de 70-85%
vs adultos 40%), nivel de actividad, adaptaciones para la conservación
del agua (anatómicas, fisiológicas o de comportamiento).
En terminos fisiológicos, las aves requieren un poco menos de agua que los
mamíferos debido a que no transpiran y a que sus desechos nitrogenados
son eliminados en forma de ácido úrico (insoluble en agua) en vez de
urea (soluble en agua).
El agua puede ser encontrada en tres formas:
• libre (líquida)
• preformada (la del alimento)
• metabólica (es la que se produce al desdoblar los compuestos orgánicos)
Las aves granívoras, como los canarios y demás semilleros, tienen una
necesidad crítica de agua. Muchas aves de jaula son capaces de extraer
agua de comidas suculentas (preformada), mientras que los periquitos
australianos (originarios de zonas desérticas) son capaces de utilizar
agua metabólica en cierto grado. A diferencia de las clásicas mezclas
de granos, las dietas procesadas tienden a incrementar el consumo de
agua, ya que son secas, generalmente bajas en grasas y tienen niveles
nutritivos más elevados. Con estas dietas es normal observar
deposiciones algo acuosas. En líneas generales, todas las aves deben
tener a su disposición suficiente agua fresca y potable, suministrada
en bebederos perfectamente limpios y desinfectados.
Carbohidratos: Son la fuente inmediata de energía; se almacenan en
forma de glucógeno en hígado y músculo. Sirven de sustrato para formar
las grasas. La mayoría de las semillas (alpiste, mijo, moha, maíz,
avena, trigo, sorgo) aportan una buena cantidad de carbohidratos.
Proveen de energía al romper los enlaces simples de azúcar, y sus
fibras proporcionan volumen. Todos los carbohidratos están compuestos
por una fibra soluble fácilmente degradable y usada como energía, y por
una fibra cruda insoluble no utilizable como energía (salvo en especies
herbívoras en las que puede ser aprovechada por las bacterias del
intestino y ciego). Cantidades excesivas de fibra cruda suelen ser
físicamente imposibles de digerir por el ave, además de no cubrir los
requerimientos calóricos necesarios.
• Lípidos: actúan como fuente y reserva energética, transportadores de nutrientes (vitaminas A, D, E), son constituyentes de estructuras
celulares (membranas), precursores de moléculas activas (hormonas, inmunomediadores, 2º mensajeros) y participan en innumerables reacciones metabólicas. Las necesidades de ácidos grasos
esenciales son similares a las de mamíferos (C18 de la serie n-6: linoleico, linolénico. El requerimiento de ácido linoleico es de 1-1,5% de la dieta).
Las aves de jaula requieren una proporción pequeña de grasas en su dieta debido a su estilo de vida sedentario y además
porque fabrican grandes cantidades de aquéllas a partir de los carbohidratos de las semillas. Sin embargo, es necesaria una mínima proporción de grasas con la ingesta para garantizar la absorción
de vitaminas liposolubles y carotenos, para aportar ácidos grasos esenciales y dar palatabilidad a la dieta. Las semillas
oleaginosas (girasol, maní, cártamo, colza, nabo, cardo, sésamo, lino)
contienen importantes cantidades de grasas y deben integrar una pequeña
proporción en la dieta o usarse a modo de golosinas o premio.
Proteínas: son el principal constituyente de órganos y tejidos.
Necesarias para el crecimiento y reposición. Intervienen en la
formación de hormonas, proteínas, enzimas y otras sustancias
biológicamente importantes (anticuerpos, hemoglobina). Son sustrato
para la formación de lípidos y carbohidratos. Las proteínas están
compuestas por dos tipos de aminoácidos: no esenciales, que pueden ser
sintetizados por el animal, y esenciales, que no pueden ser
sintetizados en cantidad suficiente y deben ser ingeridos con la dieta.
Los siguientes aminoácidos han de ser aportados en la dieta, ya que las
aves son incapaces de sintetizarlos: arginina, lisina, histidina,
leucina; isoleucina, valina, metionina, treonina, triptofano y
fenilalanina; en los periquitos australianos se deberá contar a la
glicina entre éstos. La fuente más común de proteínas son las semillas
de leguminosas (arvejas, porotos) y otras como abisín, perilla, etc.
Sin embargo, las proteínas vegetales tienen un valor biológico muy
bajo, por lo que es necesario aportar proteína de origen animal a la
dieta de las aves (huevo, carnes, lácteos). En aves granívoras, las
necesidades de proteínas para el crecimiento son de 20-22% de proteína
cruda; para el replume, de 16%; para mantenimiento de 14% y para la
reproducción 18%.
• Energía metabolizable: no es un
nutriente
específico. Necesaria para ejecutar todas las actividades
fisiometabólicas del ave. La energía está disponible en la dieta a
través de las grasas, carbohidratos y proteínas. Se almacena en el
organismo principalmente en forma de ATP. Los requerimientos de energía
metabolizable basal de las aves son un 150% mayor a aquella necesitada
por mamíferos de tamaño corporal similar (EMB = 70 kcal [peso corporal
en kg] 0.75). Las necesidades de energía metabolizable para periquitos
australianos oscilan entre 12 y 16 kilocalorías (kcal) por día en una
situación normal de mantenimiento. Los canarios requieren aproximadamente 12 kcal/día; un loro amazona, de 350 g, 100
kcal/día, y un guacamayo de 1000 g requerirá 220 kcal/día. Temperaturas por arriba o por debajo de 20ºC resultarán respectivamente en menores o mayores requerimientos. Durante el vuelo, éstos se
ven triplicados. Las aves de menor porte y crías en crecimiento tienen proporcionalmente mayores demandas de energía por kg de peso.
Vitaminas: son necesarias en pequeñas
cantidades. Esenciales para el desarrollo de los tejidos; participan en las reacciones metabólicas y colaboran en el aprovechamiento de la dieta. La mayoría son sintetizadas por el
ave.
Cuando están ausentes en la dieta o no son apropiadamente absorbidas o
utilizadas se producen deficiencias; su exceso, toxicidad.
Las vitaminas se dividen en dos grupos:
Solubles en grasas: A, D, E y K; cualquier exceso puede no ser
excretado y ser tóxico (especialmente A y D). Esto suele ocurrir en
animales en cautiverio.
Solubles en agua: B y C; cualquier exceso consumido es excretado y la toxicidad en general, no ocurrirá.
Vitamina A (retinol): no es sintetizada por las plantas. Los carotenos
de éstas son ingeridos y convertidos en vitamina A, la cual es
almacenada en el hígado. Las semillas son pobres en carotenoides; por
lo tanto, éstos deben ser administrados a través de vegetales y frutas.
Su exceso puede causar pérdida de peso, dolor articular, deformidad
ósea, piel seca y escamosa.
Vitamina B1 (tiamina): los granos de
cereales son una buena fuente de ésta.
Vitamina B2 (riboflavina): es
sintetizada sólo por plantas verdes; está
disponible también en los granos de cereales. Altas dosis pueden colorear los uratos de amarillo.
Vitamina B3 (niacina o ácido
nicotínico): sintetizada en el animal a partir del aminoácido esencial triptofano.
Vitamina B5 (ácido pantoténico): las
hojas verdes de los vegetales son buena fuente de éste, no así las semillas.
Vitamina B6 (piridoxina): de las que son una excelente fuente las hojas
verdes de los vegetales y los granos completos. Altas dosis pueden incrementar la excreción de oxalatos en la orina.
(Vitamina H): se la encuentra en vegetales de hojas verdes, maní y huevos. Los granos de cereales son una buena fuente de ésta.
Colina: las harinas y los aceites de pescado constituyen una
buena fuente, lo mismo que la harina de soja.
Ácido fólico: se lo encuentra en las hojas verdes de los
vegetales y en las semillas.
Vitamina C (ácido ascórbico): no es requerida por la mayoría
de las
especies, sí por las frugívoras, nectarivoras y paseriformes. Los cítricos son una buena fuente de ésta.
Vitamina D, específicamente D3 (colecalciferol): es necesaria
para la síntesis de la hormona que permite la síntesis de la proteína fijadora de calcio. Los aceites de pescado y los huevos son su fuente principal. Las aves no pueden
convertir eficientemente la vitamina D2 a D3. Altas dosis pueden provocar hipercalcemia, con el consiguiente depósito de
calcio en hueso, riñón, corazón, articulaciones, arterias y otros tejidos.
Vitamina E (Tocoferol): presente en el germen de las semillas.
Las deficiencias de vitamina E pueden ser causadas por un exceso de ácidos grasos insaturados que causan oxidación de ésta. En altas dosis es antagonista de la A.
Vitamina K (Menadiona) y B12 (Cianocobalamina): son
sintetizadas por los microorganismos del tracto digestivo, por lo que no son requeridas en la dieta.
Minerales y oligoelementos: son compuestos inorgánicos esenciales. Necesarios en pequeñas cantidades. Cumplen funciones
estructurales: dan rigidez al esqueleto, cáscara del huevo y pico; intervienen en las funciones sanguíneas e infinidad de reacciones metabólicas (metoloenzimas); mantienen equilibradas las
presiones del organismo. No son sintetizados por el ave.
Los requerimientos minerales del cuerpo y su contenido (referidos como cenizas totales) son usualmente menores al 5%,
variando con la especie, edad, estado reproductivo y sexo. El balance es muy importante. A diferencia de las vitaminas, las deficiencias por minerales son muy lentas para responder al
tratamiento. Los minerales y oligoelementos que son requeridos para un óptimo crecimiento, mantenimiento y postura de huevos
son: calcio, fósforo, magnesio, cloro, sodio, manganeso, cinc, hierro, selenio y yodo. Las dietas a base de semillas son deficientes en minerales y están pobremente equilibradas en el balance
Ca:P. Además, gran parte del fósforo puede encontrarse asociado a fitatos. De ahí que se estén incorporando a las dietas fitasas microbianas para incrementar la disponibilidad de fósforo. El
calcio puede ser obtenido a partir del hueso de sepia o conchilla molida. Un aporte del 1 al 1,5% de calcio junto a dosis correctas de fósforo y vitamina D3 (relación Ca:P de 1:1 a 2:1) es
adecuado. El yodo puede ser aportado por la sal común de mesa (reglamentariamente iodinada), utilizada en pequeñas proporciones como saborizante de otros alimentos. Además, es abundante en los
aceites de pescado o puede ser suministrado a razón de una a dos gotas de solución de Lugol en el agua de bebida por semana. Muchas aves en cautiverio acumulan una cantidad considerable de hierro
en hígado, algunas veces patológica (hemocromatosis). Las especies más afectadas son los tucanes, minas y loros. La recomendación para dietas de aves de jaula es de no más de 50 a 100 mg de Fe
por Kg de materia seca ingerida.
Grit: muchas aves granívoras (sobre todo las que tragan los
granos enteros: galliformes y columbiformes) necesitan el aporte de grit para ayudar al estómago muscular (ventrículo) en la molienda de los granos. Se debe ofrecer una mezcla de piedras de
diferente tamaño para que el ave elija cuál es la más apropiada para ella. Las aves que descascarillan las semillas no precisan el aporte de grit. Por otra parte, algunas pueden ingerirlo en
exceso y esto causar irritación e incluso obstrucción del tracto gastrointestinal. De usar grit, es conveniente elegir las presentaciones que vienen con el agregado de un suplemento mineral y
suministrarlo semanal o quincenalmente. El grit debe ser ofrecido en comederos chicos o ser mezclado sobre las semillas.
Requerimientos nutricionales específicos para las diferentes etapas biológicas
Crecimiento: cursa con necesidades altas de aminoácidos, energía, ácido linoleico, vitaminas y minerales.
Mantenimiento: ciclo de vida al que le corresponden los requerimientos nutricionales mínimos necesarios para mantener la temperatura corporal, las funciones
metabólicas básicas y una actividad diaria normal. Se incrementan los requerimientos de proteína, aminoácidos azufrados y grasas, durante la época de muda, ejercicio intenso o en situaciones
climatológicas desfavorables.
• Reproducción:
• Postura de huevos: se deben incrementar los requerimientos de grasas, proteínas, calcio, vitaminas A, D3, B12, riboflavina y cinc.
• Para maximizar la viabilidad embrionaria: son necesarios niveles altos de vitaminas E, riboflavina, ácido pantoténico, biotina, ácido fólico, piridoxina, cinc, hierro, cobre y manganeso.
Senilidad: es necesaria una dieta altamente digestible, con niveles reducidos de proteína, fósforo y sodio, y niveles adicionales de vitaminas A,
E, B12, tiamina, piridoxina, cinc, ácido linoleico y lisina.
• Situaciones de estrés y enfermedad: en su transcurso, las aves se tornan
hipercatabólicas y se deshidratan. Suplementar, en orden de importancia: agua, energía (carbohidratos y grasas) y proteínas (salvo en enfermedad renal ohepática).
A modo de ejemplo, describiremos a continuación una dieta tradicional adecuada para todas las aves de jaula que consuman
granos (de pequeños semilleros a grandes loros).
• Mezcla de semillas y granos: deben representar el 50 % de la dieta y ser adecuadas al
tamaño y a la potencia del pico del ave. De elegir mezclas comerciales, es preferible escoger preparados de marcas reconocidas y de buena calidad. Los preparados envasados al vacío son
preferibles por su mejor conservación en la cadena de distribución.
En la dieta de las aves de jaula es importante que las semillas oleaginosas
(girasol, maní, colza, nabo, lino) representen el porcentaje menor del total de semillas (10-20%). Estas semillas exceden
los requerimientos de energía y lípidos y son deficientes en la mayoría de las vitaminas y minerales. Deberían eliminarse de la dieta de aves con tendencia a la obesidad.
• Vegetales: deben representar el 45 % de la dieta. Son aconsejables frescos, pero
pueden utilizarse productos congelados de consumo humano. Deben ser variados (brócoli, choclo, zanahoria, calabaza, arvejas, etc.) y presentarse enteros, en trozos o incluso rallados según el
tamaño y la preferencia del ave.
• Frutas: deben representar el 2,5 % de la dieta. Fuente de
vitaminas y minerales, aconsejables frescas y variadas según la disponibilidad en el mercado.
Es conveniente, como mínimo, dar tres tipos diferentes al día, troceadas o ralladas. Sólo debemos tener
precaución con la cáscara de la palta y el ananá, ya que pueden ocasionar problemas intestinales. Las frutas, por su alto contenido en azúcares, son de los componentes más perecederos y pueden
contaminar al resto de los componentes de la dieta.
• Suplemento de proteínas y grasas: deben representar el 2,5% de la dieta.
• Fuente de minerales: es conveniente que el ave tenga siempre a su disposición una
fuente de minerales como el hueso de sepia, bloques de núcleos minerales comerciales o grit (piedrecillas) mineralizado. El aporte de este último, al presentar en su composición material mineral
indigestible, ayuda a realizar la digestión mecánica de los alimentos en el estómago (recordemos que las aves carecen de dientes). Un exceso de grit puede llevar fácilmente a
producir impactaciones digestivas, lo que hace recomendable su uso dos veces por semana.
• Alimentos que pueden ser utilizados para estimular la actividad mental de nuestras aves
son: cerezas (su carozo es tóxico) u otras bayas, espigas de cereales, trozos de coco, nueces enteras, etcétera.
• Canarios y periquitos australianos consumen el 10-30% de su peso corporal por día.
• Loros de gran porte consumen 5-15% de su peso corporal. Éstos requieren mayor
porcentaje de grasa en la dieta.
Dietas formuladas: un intensivo estudio en especies domésticas (aves de
producción), y actualmente también en aves de jaula, ha guiado al desarrollo de dietas formuladas o completas. Cuanta más
investigación se hace, emerge un mejor patrón de los requerimientos nutricionales, por lo que muchas dietas específicas para distintos tipos de aves están en la actualidad disponibles
comercialmente. Éstas suelen presentarse en forma de pastas, pellets o extrusadas.
Estas dietas son ideales por muchas características:
• El ave puede tomar cualquier elemento de ésta sin importar cual sea, será balanceado. No es necesario
suplementarlas.
•Existen formulaciones apropiadas a los
diferentes tipos de aves y sus estadios biológicos, así como también para casos de estrés, senilidad o enfermedad.
• Tienen larga vida (por el agregado de conservantes).
• Son fáciles de almacenar.
• Son fáciles de suministrar.
Contienen saborizantes y colorantes que las hacen más atractivas, mejorando notablemente su consumo.
• Muchas contienen probióticos y enzimas digestivas que contribuyen a evitar disbacteriosis y mejoran su digestibilidad.
Aunque éstas son completas en sí mismas y no necesitan un suplemento adicional, presentan la desventaja del aburrimiento ante una monodieta. La falta de variedad puede llevar a un desinterés por
la comida.
¿Cómo cambiar la dieta de un ave? Como se mencionó antes, las aves no aceptan fácilmente agregados o cambios en su dieta
original, lo que puede ser un gran desafío para los dueños y el veterinario. Algunas indicaciones prácticas sugieren:
Introducir la nueva dieta sólo en aves perfectamente sanas, con buena condición corporal y en épocas del año adecuadas (evitar hacerlo durante la cría, la muda o en
condiciones climáticas adversas).
• Si las aves sólo están acostumbradas a comer semillas, dejar éstas en la
jaula por sólo 15 a 30 minutos a la mañana y otro tanto a la tarde, mientras que las frutas, vegetales, alimento formulado u
otros suplementos quedan para el resto del día.
• Esparcir las semillas habituales sobre la nueva comida y gradualmente disminuir las primeras e incrementar la proporción
del nuevo alimento.
• Comer la nueva comida frente al ave para alentar su aceptación, o poner un compañero de jaula que ingiera la nueva dieta
para que por imitación visual le
enseñe.
• Nunca “mate de hambre” a un ave para intentar un cambio de dieta.
Monitoree el consumo de alimento y el peso de ésta durante el cambio. No permita pérdidas mayores de un 10% del
peso corporal ni ayunos completos de más de dos días de duración.
Todos los componentes deben presentarse al ave en el mismo o en diferentes
comederos, dividiendo la cantidad diaria en dos tomas. Otra posibilidad es repartir los componentes de la dieta en dos tomas
(semillas y fruta por la mañana; verduras y alimento formulado o suplementos de proteínas y grasas por la tarde).
La higiene y la ausencia de fermentación en el almacenamiento, la preparación y la presentación del alimento son de extrema
importancia para el correcto aprovechamiento de los nutrientes y para mantener la salud del ave. Todos los comederos y bebederos deben ser higienizados diariamente, retirándose los alimentos que
hayan sido volcados al piso de la jaula.
Recuerde que las aves silvestres pasan la mayor parte del día buscando su alimento, mientras que las cautivas sólo tienen
que saltar del posadero al
comedero de su jaula para suplir esas necesidades. Por lo tanto, es su responsabilidad proporcionarle una dieta variada,
bien balanceada y de
acuerdo con su gasto energético. Un ave mantenida en una instalación
que le permita el ejercicio, o en estado de semilibertad, tiene requerimientos nutricionales
más exigentes que una mantenida en una jaula pequeña con pocas posibilidades de movimiento. Lo mismo sucederá con un ave alojada en el exterior, sobre todo durante el invierno. Ésta requerirá una
dieta más rica en energía que otra mantenida en el interior de la casa o con un aporte adicional de calor.
VITAMINAS Y MINERALES.
VITAMINA A
La provitamina A o betacaroteno la encontramos en las frutas amarillas y en las verduras verdes o
amarillas, y esta sustancia se transforma en la vitamina A natural soluble en grasa en la mucosa del intestino delgado. Los científicos afirman que la provitamina A es un anticancerígeno. La
vitamina A es de suma importancia para la vista, el crecimiento, el sistema reproductor y la salud de nuestras membranas mucosas. La deficiencia se manifiesta por la ceguera nocturna, mayor
frecuencia de resfriados y catarros, pérdida de fertilidad. Las mejores fuentes de Vitamina A son: Zanahoria, brócoli, tomate, espárrago, chabacano, melón, papaya, durazno, sandía, ciruela
pasa y todas las verduras verdes en forma de hoja.
COMPLEJO B
Los síntomas de la deficiencia de complejo B pueden incluir fatiga, falta de energía, nerviosismo,
depresión, acné, insomnio, pérdida de cabello, alteraciones de la piel y amnesia, además de determinadas enfermedades por carencia como beriberi y pelagra (el exceso de consumo de alcohol y
azúcar destruye la vitamina B).
Las mejores
fuentes del complejo B son las verduras verdes de hoja, trigo, cebada, diente de león, bretones, cítricos, higos, fresa, zarzamora, dátiles.
Casi todas las frutas y verduras tienen algo
del complejo B pero ninguna de las que conozco tienen vitamina B12; por lo tanto, le recomiendo que esta vitamina la obtenga de las pastillas de clorela, disponibles en tiendas de alimentos
para la salud. La clorela es muy alta en vitamina B12 y casi todas las raciones dietéticas recomendadas de esta vitamina pueden obtenerse tomando aproximadamente 15 gramos de clorela. (Es
probable que las personas que diario coman un poco de carne, pescado, pollo, huevos, queso y varios productos derivados de la leche, junto con una generosa cantidad de fruta, verduras y
granos integrales obtengan todas las vitaminas del complejo B necesarias).
VITAMINA C
Esta vitamina es soluble en agua y fácil de destruir al contacto con el aire. Es importante en la
formación de colágena, la sustancia fundamental de la piel, tendones, ligamentos, cartílagos y vasos sanguíneos. Funciona con el hierro para formar la sangre, ayuda a crear el neurotransmisor
de epinefrina y tiene un efecto antihistamínico. En las glándulas suprarrenales se encuentran grandes cantidades de vitamina C y se cree que está muy relacionada con la tensión
nerviosa.
Los síntomas
de deficiencia son: mala digestión, sangrado de encías, cardenales, anemia, poca resistencia a una infección, lactancia deficiente en madres primerizas y falta de aire. El escorbuto es
resultado de una deficiencia crónica, que puede ser mortal si no se cura. El tratamiento normal para el escorbuto es tomar alimentos ricos en vitamina C.
¿Qué alimentos
tienen alto contenido de vitamina C? Los de mayor proporción que conozco son las bayas acerola y, enseguida las frutas cítricas. La acerola, también conocida como baya de Barbados, contiene
casi 4 gramos de vitamina C en un vaso grande de jugo. En comparación, esta cantidad de jugo de toronja tiene 93 miligramos y de jugo de naranja contiene alrededor de 124 miligramos. Las
verduras en forma de hoja tienen una cantidad reducida de vitamina C, lo mismo que la mayoría de las frutas tropicales, como los mangos, guayabas y papayas.
VITAMINA D
Esta vitamina, como las vitaminas A y E, es soluble en grasa. También se conoce con el nombre de “la vitamina del sol”, y puede
formarse por la acción de la luz ultravioleta de los rayos solares, que actúa sobre el colesterol en los vasos capilares sanguíneos justo debajo de la piel. Si complementa su dieta con esta
vitamina, aléjese del sol. Con todo el colesterol que contienen las dietas promedio, pensará que la mayoría de la gente tiene bastante vitamina D, pero no parece ser ése el caso. Los
precursores de la vitamina D se encuentran tanto en plantas como en animales.
El motivo por el cual la vitamina D es tan importante reside en que es necesario abastecer calcio y fósforo a través de la pared
intestinal. Sin estos elementos se retarda el crecimiento de huesos y dientes en los niños. En los adultos, la vitamina D ayuda al buen estado del sistema nervioso, regula la coagulación
sanguínea y conserva estable el ritmo cardiaco. En el hígado se encuentra almacenada la mayor reserva de vitamina D, pero también la encontramos en la piel, el bazo y el
cerebro.
Los síntomas
que indican deficiencia son huesos blandos, incluyendo raquitismo en los niños y osteomalacia en los adultos. También pueden ser síntomas de deficiencia las infecciones respiratorias, la
inquietud y el estreñimiento. La dosis diaria recomendada para la vitamina D es de 400 unidades internacionales para aquellos que pasan la mayor parte del tiempo dentro de su casa. El exceso
de vitamina D puede producir náusea, vómito, diarrea, cansancio y calcificación de tejidos blandos, que a su vez puede conducir a una deficiencia renal.
La mayoría de los investigadores de la nutrición sólo se refieren a los productos animales como fuentes de vitamina D, como
pescado, hígado, mantequilla y yemas de huevo. Los aceites de hígado de pescado son fuentes comunes para obtener vitamina D que necesita tomando un poco de sol todos los días. No existe
descripción o lista alguna de fuentes de fruta o verdura que contengan vitamina D.
VITAMINA E
La vitamina E no es una sustancia sola sino un grupo de compuestos solubles en grasa llamados tocoferoles, químicamente
relacionados con el alcohol. El calor no destruye la vitamina E, pero sí lo hace la exposición al aire. Debido a que la vitamina E toma oxígeno, gradualmente puede proteger de la oxidación a
los ácidos grasos, otras vitaminas (como la A y C) y a las enzimas. Esto ayuda a prevenir la formación de radicales libres como el peróxido, que aumenta el riesgo de contraer cáncer y acelera
el envejecimiento. No se ha investigado a fondo la función de la vitamina E en la sexualidad humana, pero se infiere con base en los experimentos realizados con animales. Se cree que la
vitamina E ayuda en la función muscular y se sabe que protege al hígado de lesiones. Se desconoce si ayuda a aliviar los síntomas de una enfermedad del corazón, pero sí toma parte en la
coagulación sanguínea.
Es muy poco lo que se conoce acerca de los síntomas debido a la deficiencia de vitamina E, pues se ignora la deficiencia (al
menos la deficiencia identificable) en las personas normales. Los adultos sólo requieren de 12 a 15 unidades internacionales diarias. Una cucharada de aceite de germen de trigo contiene 12
miligramos de vitamina E. Huevos, verduras de hoja, germinados, puerros y repollo son buenas fuentes de vitamina E.
VITAMINA K
La vitamina K es un factor de coagulación de la sangre que se encuentra en la alfalfa y otras verduras verdes, principalmente en
las de hoja. Es probable que también abunde en el trigo y la cebada.
Al aislarlos
químicamente, los compuestos de la vitamina K son aceites amarillos que no dañan el calor o el aire, pero los destruyen la luz ultravioleta. El cocimiento no la
altera.
La única
función de la vitamina K es que ayuda a formar la sustancia protombina en el hígado.
A la vitamina
K la sintetizan las bacterias benignas del tracto intestinal y se encuentra en varios alimentos, incluidos espinaca, repollo, col y tomates.
FIBRA
En las dos últimas décadas, el doctor Denis Burkitt, un cirujano inglés, ha subrayado que las personas que llevan una dieta con
alto contenido de fibra casi no padecen de cáncer en el colon, diverticulosis, diabetes, enfermedad isquémica del corazón ó apendicitis. Aunque la fibra (tanto soluble como insoluble de
frutas, verduras, granos enteros, nueces y semillas pero no de alguna fuente animal) no es nutriente esencial para preservar la vida, es indudable que se requiere de determinadas cantidades
para protegerse contra un mal funcionamiento, principalmente del intestino.
Los jugos son
maravillosos, y (junto con los tés de hierbas) resultan una de las formas más rápidas de tratar cualquier deficiencia de vitaminas o minerales en el cuerpo. Sin embargo, la fibra que se halla
en ensaladas crudas y bebidas licuadas crudas es, desde mi punto de vista, de suma importancia. Puedo decir, sin temor a equivocarme, que hoy en día poca gente comprende cuánto dependen
nuestra salud, bienestar y funcionamiento normal del cuerpo, del intestino.
El
estreñimiento obstruye el intestino, aumenta el riesgo de diverticulosis y de una infección interna de menos grado y obliga a que las toxinas intestinales que normalmente se expulsarían del
cuerpo entren al torrente sanguíneo.
Para remediar de forma permanente el problema del estreñimiento, es necesario incluir en la dieta
diaria más alimentos que contengan fibra. Consumir complementos de fibra no es lo idóneo: la mejor solución consiste en que alimentos con más contenido de fibra formen parte regular de
nuestro régimen alimenticio.
Ejemplo de alimentos con fibra:
ALIMENTO % FIBRA
Plátanos 22%
Peras 15.3
Naranjas 9.9
Manzanas
14.9
Zanahoria 8.9
Tomates 6.6
Judía verde 12.4
Papa
4.0
La facultad que tiene la fibra celulosa de retener agua no sólo ablanda las evacuaciones y permite un mejor movimiento
peristáltico, sino que también tiende a extraer metales pesados y colesterol al reducirse el tiempo de tránsito de los contenidos intestinales.
CALCIO
El calcio proporciona vitalidad y resistencia, sana heridas, contrarresta ácidos, tonifica el cuerpo y , por supuesto, fortalece
y conserva la estructura de huesos y dientes donde más se requiere. Es el elemento que permite a los huesos soldar, y los problemas de coagulación de sangre indican una deficiencia de calcio.
El metabolismo del calcio requiere vitamina F (ácidos grasos escenciales). Las fuentes principales son el salvado y el queso (bastante alto), leche cruda de cabra, queso de bola suizo y
holandés, leche, yema de huevo cruda, higos, ciruelas pasa, dátiles, cebolla, col, coliflor, hojas de nabo, frijoles, soya y lentejas.
CARBONO
El carbono es el elemento principal para el crecimiento. Siempre que el carbono y el oxígeno trabajan uno con otro, hay
generación de calor, crecimiento y generación de gas ácido carbónico. El carbono es el elemento básico en el nacimiento y la vida de una célula, y sostiene principalmente los sistemas
vitales. El exceso de este elemento ocasiona obesidad, furúnculos, degeneración de grasas, anemia e hipertensión arterial. El carbono o sus compuestos, como alimento, se hallan sobre todo en
el almidón, azúcares y grasas y en la mayoría de las proteínas. Para contrarrestar el exceso, evite consumir alimentos grasosos, como ciertas carnes, pescados grasosos, ganso, salchicha
grasosa y jugos de carne. Los alimentos bajos en grasa son robalo, caldo de espina, suero de leche, leche descremada, requesón y queso de leche de cara, coliflor, zanahorias tiernas, repollo
tierno, alubias, arándanos y zarzamoras.
CLORO
El cloro se encuentra y se necesita principalmente en el aparato digestivo y las secreciones. Es el elemento que limpia el
cuerpo, expulsa desechos orgánicos, renueva, purifica y desinfecta. La deficiencia de cloro propicia lentitud en la actividad del hígado y causa inflamaciones glandulares. Debido a su efecto
germicida, la leche de cabra proporciona cloro eficaz en los problemas de riñón. Otras fuentes importantes de cloro son leche cruda, pescado, queso, coco, betabel, rábano, higos secos,
endibia, berro. Pepino, zanahoria, puerro, quesos Roquefort, danés, suizo e italiano y todas las verduras verdes.
COBALTO
El cobalto es el microelemento necesario para formar la vitamina B12 por medio de la acción bacteriana en el intestino delgado.
Si las bacterias del intestino no pueden producir esta vitamina, es probable que se deba a un exceso desfavorable de bacterias indseables, estimuladas por antiguas dietas mal balanceadas o
por e uso de antibióticos. Cuando eso sucede, aún la disponibilidad de cobalto no significa necesariamente que se pueda formar la vitamina B12, lo cual indica que es necesario tomar ese
suplemento de vitamina para evitar que se desarrollo una anemia. Las verduras de hojas verdes, así como las frutas maduras de ese color, son fuentes aceptables de cobalto, Sería conveniente
que se informara en la oficina de agricultura de su localidad si la tierra del área donde se producen las frutas que consume contiene cobalto. Si no es así, trate de consumir frutas
producidas en otra región.
COBRE
Al igual que el cobalto, el cobre es un microelemento esencial que interviene en la formación y conservación de glóbulos rojos.
Es necesario para determinadas enzimas y quizá su función sea mantener la integridad de la envoltura medular que rodea los nervios.
Una
investigación reciente demostró que la carencia de cobre puede provocar debilitación de las articulaciones y contribuir a la inflamación asociada con la artritis. Un síntoma de la ausencia de
cobre puede ser la anemia, así como empezar a padecer problemas en las articulaciones, como ya se mencionó.
No se requiere
mucho cobre, y puede obtenerse en betabels crudos y sus hojas, verduras en general, cebollas, perejil, zarzamoras, grosellas silvestres y melones.
FLUOR
El fluor se encuentra y se necesita principalmente en el sistema estructural, en el esmalte de los dientes y para preservar los
huesos. Ayuda a resistir la enfermedad y embellece el cuerpo, fortalece los tendones y mantiene unidos los huesos. Se combina con el calcio y tejidos elásticos. Lo destruyen altas
temperaturas. La leche cruda de cabra tiene alto contenido de fluor. Otras buenas fuentes son la coliflor, el repollo, el queso, la leche de vaca, la yema de huevo, el aceite de hígado de
bacalao, la col de brucelas, la espinaca, los tomates, el berro, verduras para ensalada y el robalo negro.
HIDRÓGENO
El hidrógeno está presente en las secreciones corporales, el tejido blando, la linfa, el cerebro, los pulmones, las glándulas, el
hígado, los riñones, el bazo y el páncreas. Los alimentos hidrogenados son aquellos que contienen humedad, como chabacanos, cerezas, fresas, zarzamoras, arándanos, jugos de fruta, repollo,
tomates, lechuga, acelga, berro, etc. Los nervios deben estar rodeados de humedad. Sin hidrógeno, la sangre no podría fluir, ni eliminar del cuerpo los desechos tóxicos; sin embargo, el
exceso de agua en el cuerpo ocasiona presión y distensión de los órganos.
YODO
Es un elemento que se encuentra en las glándulas y el cerebro. Normaliza el metabolismo del cuerpo: previene el bocio, normaliza
la acción glandular y celular, rechaza y contrarresta sustancias venenosas. Los indicios de la deficiencia de yodo son claustrofobia, temores, brazos flácidos, dificultades en la
pronunciación y depresión mental. Algas marinas, kelp, zanahorias, peras, cebollas, tomates, piña, cáscara de papa, aceites de hígado de bacalao, ajo, berros, sopa de puerro, jugo de almeja y
té de ortiga tienen alto contenido de yodo.
HIERRO
Es esencial en la sangre como transportador de oxígeno; previene la anemia, fomenta la vitalidad y la ambición. Los alimentos con
hierro atraen oxígeno. Los síntomas de falta de hierro son: debilidad, cansancio. Erupciones de la piel, leucorrea, tendencia a llorar, falta de magnetismo personal, problemas de asma,
bronquitis, y hemorragias. Las fuentes principales de hierro son todas las verduras de hojas verdes, zarzamoras, cerezas negras, yema de huevo, hígado, ostras, caldo de cáscaras de papa,
trigo integral, perejil, chivirías, espinaca, acelga, queso de cabra, alcachofa, espárrago, té de ortiga, puerro, cebollas blancas, salvado de arroz, centeno integral y verduras de hoja para
ensalada.
MAGNESIO
El magnesio es un laxante natural y un mineral para los nervios; se encuentra y requiere principalmente en el aparato digestivo.
Previene y alivia la autointoxicación, renueva el aparato digestivo y estimula la creación de nuevas células en el cuerpo. Los síntomas de deficiencia son irritabilidad, sobreexcitación y
emoción excesiva. Las principales fuentes de magnesio son: toronja, naranja, higo, cebada integral, maíz, harina de maíz amarillo, salvado de trigo, coco, leche de cabra y yema de huevo
cruda.
Las frutas que
contienen cantidades significativas de magnesio incluyen manzanas, chabacanos, plátanos, aguacate, frambuesa americana, mangos, nectarinas, duraznos y peras. Las frutas secas tienen un alto
contenido igual que todas las verduras, debido a que el magnesio se encuentra n el centro de cada molécula de clorofila, la responsable del verdor de las plantas.
MANGANESO
Es un elemento de la memoria y sirve para reforzar el tejido que cubre la estructura corporal, aumenta la resistencia, mejora la
memoria y coordina el pensamiento y la acción. Se requiere principalmente en el sistema nervioso y depende del hierro y el fósforo. Asimismo, participa en el desarrollo normal del
esqueleto.
Los síntomas
de deficiencia incluyen convulsiones, vértigo, neuralgia facial, irritabilidad y actitud taciturna, calambres en el recto después de comer, ceguera, parálisis, coordinación muscular
deficiente e incluso pérdida de la audición.
Las
principales fuentes de manganeso son: yema de huevo cruda, almendras, nuez negra, berro, hierbabuena, perejil, col, cebolla, betabel, berenjena, verduras en forma de hoja (especialmente
espinaca), tomates, brócoli, piña, frambuesas, manzanas, aguacates, plátanos.
NITRÓGENO
Se encuentra en el alimento o en el aire y, a diferencia del oxígeno, es un elemento restrictivo. El oxígeno es como el fuego; el
nitrógeno por sí mismo es inactivo. Sin nitrógeno, el oxígeno nos quemaría y dejaríamos de existir. El nitrógeno entra en el tejido humano bajo diferentes nombres en el tejido elástico
sólido, la linfa, los músculos, el plasma sanguíneo, los cristalinos, el tejido conectivo, la membrana mucosa, la piel, el cabello, las uñas, etc. La principal provisión de nitrógeno se halla
en las proteínas, las principales formadoras de músculos. El nitrógeno produce calor y energía muscular, y su carencia ocasiona agotamiento muscular, entumecimiento y sensación de fatiga. Sin
embargo, el exceso de nitrógeno produce autointoxicación, parálisis, inflamaciones, falta de memoria, dolores de cabeza, agrandamiento del corazón, etc. Es muy importante mantener el
nitrógeno en equilibrio. Los alimentos nitrogenados o con muy alto contenido de proteínas son almendras, frijoles, carne de res, pescado, queso de cabra, carne de ternera, hígado, codorniz,
queso y pan sin levadura. Los alimentos bajos en nitrógeno son: suero de leche, col tierna, aceitunas maduras, perejil, chabacanos, alcachofas, alubias, zanahorias tiernas, lechuga romana,
tomates, nabos, jugo de cereza silvestre, etc.
OXÍGENO
El oxígeno se infiltra en cada célula del cuerpo, influyendo en los procesos de construcción y destrucción; afecta a cada
individuo de forma diferente acorde con los otros elementos químicos presentes en el cuerpo.
Se requiere
bastante suministro de oxígeno para abastecer los pulmones, la sangre y los tejidos, mantener las arterias elásticas, los ojos brillantes y el corazón activo y ágil. Algunos alimentos con
alto contenido de oxígeno son: clorofila líquida, tónicos ferrosos, carnes rojas jugosas, betabeles, uvas, tomates, cebollas, etc. Los mejores “alimentos” oxigenados para el sistema
respiratorio son el aire fresco de la montaña, el aire puro y los lugares de gran altitud.
FÓSFORO
El fósforo se encuentra y se requiere principalmente en el sistema nervioso; es un elemento útil para el cerebro y los huesos.
Fortalece los nervios y alimenta al cerebro, desarrolla la capacidad de pensamiento, estimula el crecimiento del cabello y los huesos, ayuda en los procesos del pensamiento y en la
inteligencia. Los temores y angustia. Los alimentos que contienen fósforo y azufre deben comerse juntos y son controlados por el yodo. El fósforo también necesita más oxígeno. Su exceso
ocasiona que los riñones y los pulmones se debiliten. Las prncipales fuentes de fósforo son pescados y mariscos, leche, yema de huevo cruda, trigo integral, cebada, maíz amarillo, nueces,
peras, frijoles y lentejas.
POTASIO
El potasio es un elemento químico de tejidos y secreciones, que se encuentra y requiere principalmente en el aparato digestivo.
Restablece la salud del cuerpo, activa el hígado, proporciona elasticidad a los tejidos y flexibilidad a los músculos, crea gracia, belleza y buen carácter. Es altamente alcalino. Los signos
de deficiencia son el deseo de consumir alimentos fríos, alimentos agrios y bebidas ácidas. Las principales fuentes de potasio son cáscaras de papa, diente de león, aceitunas secas, perejil,
duraznos, ciruela pasa, coco, grosella silvestre, higos y almendras.
SELENIO
El selenio es un microelemento que funciona con la vitamina E en el cuerpo para prevenir la formación de radicales libres, que a
su vez protegen de algún daño el núcleo de la célula de ADN y disminuyen el riesgo de cáncer. Ayuda a mantener elásticos los tejidos protegiendo de la oxidación los ácidos grasos. Las más
altas concentraciones de selenio se encuentran en el hígado y los riñones.
La vejez
prematura puede ser síntoma de escasez de selenio. Las verduras que contienen selenio incluyen tomates, cebollas, zanahorias, coliflor, ajo, pimiento verde.
SILICIO
Se encuentra y se requiere principalmente en el sistema estructural, uñas, piel, dientes, cabello y ligamentos. El silicio crea
una cualidad magnética y es el “cirujano” en el interior del cuerpo, proporcionando un oído agudo, ojos brillantes, dientes duros y cabello sedoso: tonifica el sistema y da resistencia al
cuerpo. Es especialmente importante para proporcionar agilidad al cuerpo para caminar y bailar. Los síntomas de carencia de silicio son: problemas de coordinación, enfermedades causadas por
hongos, labios resecos, sensación de estar al borde de la muerte, impotencia e incapacidad sexual. Las principales fuentes de silicio son avena, cebada, arroz, centeno, chícharos, maíz,
frijoles, lentejas, trigo, espinaca, espárrago, lechuga, tomates, repollo, higos, fresas, té de pajas de avena, semillas y cáscaras de sandía, coco, salvia, tomillo, ciruela pasa, tuétano,
yema de huevo cruda, nuez lisa, aceite de hígado de bacalao.
SODIO
El sodio es un formador de glándulas, ligamentos y sangre que se encuentra y requiere principalmente en el aparato digestivo.
Mantiene el cuerpo joven, ayuda a la digestión, contrarresta la acidosis, detiene la fermentación, purifica la sangre, forma la saliva, la bilis y el jugo pancreático. Para dar flexibilidad a
los tendones se requieren alimentos con alto contenido de sodio, que también ayuda a la flora intestinal. Síntomas de deficiencia de sodio son inquietud, depresión, nerviosismo, mala
concentración, músculos abdominales flácidos, glándulas cervicales inflamadas, hinchazón en el rostro y el cuerpo y bazo inactivo. Las principales fuentes con apio, zanahoria, betabel,
pepinos, espárragos, nabos, fresas, harina de avena, yema de huevo cruda, espárragos, nabos, fresas, harina de avena, yema de huevo cruda, coco, higos, espinaca, col de Bruselas, chícharos,
queso y leche de cabra, suero de leche de cabra, pescado, ostras, almeja, langosta, leche y lentejas.
AZUFRE
El azufre es un elemento químico del cerebro y los tejidos, que se encuentra y requiere principalmente en el sistema nervioso.
Vigoriza el sistema, purifica y activa el cuerpo, intensifica los sentimientos y las emociones. Para que el azufre surta el efecto debido necesita yodo. Los alimentos azufrados son la fuerza
que estimula la búsqueda de objetivos y logros. Síntomas de deficiencia: pucheros, inquietud, acostarse tarde y levantarse temprano, falta de apetito en la mañana, adoptar medidas extremas de
variedad y cambio, cutis con aspecto anémico. El indicio de exceso de azufre en un rostro caliente, y esto se debe a la falta de alimentos con cloro y magnesio. Las principales fuentes de
azufre son coliflor, cebollas, espárragos, zanahorias, rábano picante, camarones, hojas de mostaza, rábanos, espinacas, ajo, manzanas, nabos, ciruela, ciruela pasa, chabacano, duraznos, yema
de huevo cruda y melones.
ZINC
El zinc es un microelemento que interviene en varias reacciones enzimáticas en la digestión y el metabolismo de los nutrientes.
Es una parte necesaria de insulina, fundamental para controlar los niveles de azúcar en la sangre y el almacenamiento de exceso de azúcar. El zinc es necesario para la formación del ácido
nucleico, así como para el funcionamiento adecuado de la glándula prostática. Asimismo, se requiere para el crecimiento y recobrar la salud.
La
ausencia de zinc puede caracterizarse por el crecimiento lento, retraso en la madurez sexual curación lenta, esterilidad, fatiga, agudeza mental deficiente y propensión a las
infecciones.
El espárrago tiene alto contenido de zinc, no así el betabel, que contiene poco. La espinaca, el pimiento verde y la col de
Bruselas son buenos en lo que a verduras se refiere, pero la verdadera fuente de energía son las nueces y semillas, especialmente la nuez brasileña, la avellana, nuez negra e inglesa,
semillas de calabaza (es lo que más alto contenido de zinc podemos encontrar). Las fuentes frutales incluyen: aguacates, cítricos, mangos y duraznos.